viernes, 30 de diciembre de 2011

Juventud, divino tesoro (II)

El post anterior terminó en el fango, donde fue concebido. Va un nuevo intento, a ver si esta vez me sale bien. El tema es el mismo: la (alabada por unos, denostada por otros) juventud de varias de las nuevas autoridades de la Cancillería.  Por pudor, trato de no preguntar ni hablar de la edad de la gente, así que el argumento lo desarrollan ustedes, queridos lectores, en los comentarios a los últimos posts donde BHL argumenta que:

más allá de la capacidad, el talento y la inteligencia de las personas nombradas en los cargos que mencioné, por la edad carecen de la experiencia necesaria para ejercer esos puestos... Al nombrar gente inadecuada en algunos puestos clave, el poder político lo que hace es avasallar al SEN, o por decirlo de forma más cruda, "cagarse" sobre toda una carrera organizada hace muchos años.

A lo que Flor contestó:

no hay jóvenes o gerontes idóneos o piolas. Hay hombre y mujeres que en la actualidad están transitando su juventud, adultez o vejez, y cuya idoneidad es absolutamente independiente de la etapa de su vida que estén transitando.

Mi error fue personalizar las cosas, y asumir que es natural que después de las cagadas que se mandaron algunas de nuestras experientes y gerontes luminarias venga un recambio generacional, y asuman jóvenes impolutos para limpiar esas cagadas. Sigo sosteniendo que esos que nombré y no nombro más (este no es un bloj de denuncia) hicieron estragos, pero si todo se limitara a eso bastaría con cambiar un par de nombres para que la Cancillería volviera a ser el paraíso terrenal que, dicen nuestros gerontes, una vez fue. Un ministerio de funcionarios de carrera, profesionales, abnegados y con vocación de servicio a la patria, que cumplían con las instrucciones de los superiores jerárquicos sin dudar y sin chistar. Y sin arrugarse la camisa blanca impoluta.

Pero todo eso fue antes, antes que.... ¿antes que qué, exactamente? Una primera aproximación me indica que la Cancillería era un lugar bárbaro antes que rascas como uno pudieran ingresar. Judíos, zurdos, wichis, putos, maestritas del conurbano, egresados de Puán y provincianos sin doble apellido. El mundo cambió, la Cancillería cambió, y sin embargo seguimos cargando con algunos de los vicios del pasado.

Uno de esos vicios es el de considerarnos superiores al poder político, y en muchos casos marcar la distinción entre "funcionarios de carrera" y "funcionarios políticos". Como en el caso del ex-comentarista y querido lector Constantino Roblas, que temerariamente afirma que el problema es que los políticos sienten un complejo de inferioridad frente a los diplomáticos y por eso nos maltratan. Es verdad que nuestra legitimidad de origen es distinta: un embajador político deriva su legitimidad de un nombramiento por parte de alguien que se sometió a la voluntad popular en las urnas, y la mía surge de haber seguido una serie de procedimientos establecidos por la ley del servicio exterior.

Pero en definitiva somos dos caras de un mismo aparato estatal, y servimos al mismo soberano. No existen legitimidades más legítimas que otras, pero mientras seguimos discutiendo si tal embajador político o tal subsecretario ni siquiera habla inglés, es militante de la cámpora o es un barón del conurbano devenido embajarasca, el mundo nos pasa por encima.

Un tema recurrente de este bloj es que hasta hace poco menos de un mes tuvimos el control total del Ministerio: los secretarios de relaciones exteriores y de comercio y el subsecretario legal, técnico y administrativo eran diplomáticos. Como integrante de una carrera, me asusta pensar que manejando un auto en una autopista vacía y sin curvas logramos chocarlo. Pero lo que más me asusta es darme cuenta que en lugar de tratar de entender porqué lo chocamos y qué podemos hacer para corregir el rumbo, la mayoría de los colegas se la pase lamentándose de que nos hayan sacado el registro de conducir, y criticando la edad o la capacidad de los que fueron legitimamente seleccionados para tratar de lograr que el auto llegue a su destino.

No existen respuestas fáciles, y ninguno de nosotros, ni pichis de cuarta más cuatro de copas que yo tienen el derecho de mirar hacia otro lado y decir "esto es culpa de tal o cual diplomático o tal o cual político". Los errores colectivos conllevan responsabilidades compartidas. No podemos usar nuestra heterogeneidad como excusa para carecer de objetivos comunes. Quizá todavía no tengamos en claro hacia donde queremos ir, pero como dijo Néstor, sabemos hacia donde no queremos volver.

Antes de terminar esto con el compromiso de meter el cuchillo e ir a fondo en los próximos meses, un par de reflexiones íntimas de fin de año: me halagó mucho que ayj afirmara que "esto es cada vez más el house organ interno extraoficial de la casa", y la verdad es que en las últimas semanas me he sorprendido por algunas repercusiones. Recibí críticas pesadas (y correctas) por haber roto las reglas del bloj y haberme metido en el fango del post anterior. Haber mantenido la disciplina a rajatabla me permitió llegar a las 200 entradas sin problemas con las autoridades (y eso que en algunas ocasiones me he zarpado), y con sólo dos instancias de auto-censura, y espero poder seguir en esta línea. Aunque para poder ser el house organ, aunque extraoficial, tendría que ser más mainstream de lo que soy...

A veces me cuesta mucho mantener el equilibrio: que los textos sean relevantes para los de adentro e interesantes para los de afuera (en esto vengo medio mal...). Si aflojo con la disciplina, me voy al joraca y no podría continuar. Si apreto las clavijas y me excedo, transformo esto en un bloj timorato y apocado. Agradezco toneladas a los lectores, seguidores, y comentaristas - y muy particularmente a los que piensan distinto que yo y se animan a comentar, incentivar y debatir.

A todos y todas, muy feliz año nuevo. La Casa todavía no está en orden, pero la vamos a terminar ordenando. 


miércoles, 28 de diciembre de 2011

Juventud, divino tesoro

CONTENIDO DEL POST MOMENTANEAMENTE SUJETO A AUTO-CENSURA
 PS: Fuerza Presidenta!!! Y no se pierdan el post de Ricardo.

martes, 20 de diciembre de 2011

¿El regreso del SECEN?

Sigo hablando de cuestiones no muy concretas. Todo este tema del cambio de nombre del Ministerio y la desaparición del "Comercio Internacional" me sigue generando emociones encontradas. La primera es un poco de vergüenza: vergüenza por haber perdido el "Comercio Internacional" y haber mantenido el "Culto". Por haber desaprovechado la oportunidad de largar el culto - que como queda claro en este post consiste en transferencias a la iglesia católica...


En segundo lugar, un poco de incertidumbre por los cambios en SCREI. No los cambios de autoridades: me parece que Cecilia Nahón era casi como una candidata natural a suceder a Kreckler. Pero los cambios de funciones no me terminan de quedar claros, aún leyendo el decreto 2085/2011 del 7 de diciembre con las nuevas funciones de SCREI y de la Secretaría de Comercio Exterior de Economía. Un par de ejemplos:




  • La nueva Subsecretaría de Desarrollo de Inversiones y Promoción Comercial de Cancillería tiene como función "actuar como ventanilla única ante potenciales inversores extranjeros", mientras que la Subsecretaría de Comercio Exterior de Economía actúa como ventanilla única ante inversores extranjeros. Más alla de la obviedad de que una ventanilla única no puede tener dos sucursales, tampoco parece apropiado que cuando el potencial inversor no decidió su inversión lo atienda la Canci y que, tomada la decisión, se lo pase a Economía para que digan que "todo lo que le informó la otra repartición está mal".
  • Uno de los objetivos de la nueva Subsecretaría es concretar los objetivos prioritarios de política exterior con respecto al ALCA. Esa es una función que no me molesta haber perdido...


En terminos generales, se puede decir que la nueva estructura concentra el poder decisorio (los "entender" clave) en manos del Secretario de Comercio Interior y de la nueva Secretaría de Comercio Exterior, mientras que SCREI y la Subsecretaría de Comercio Exterior serían "ejecutores" (los "intervinientes"). En términos de negociaciones comerciales internacionales este esquema es realizable con pocos cambios institucionales, pero en materia de promoción comercial las cosas no son tan claras...

Para empezar, debo decir que me parece correcto cambiar el nombre de "Subsecretaría de Comercio Internacional" al más preciso "Promoción Comercial", pero es pura cosmética. En un comentario a un post anterior Vino Francés hace un par de preguntas relevantes:


Qué va a pasar con todos los ex-funcionarios de la antigua secretaría de comercio exterior que fueron integrados al S.E.N. en los años 90 ? Se quedan en Cancillería ? Vuelven a ser un nuevo cuerpo independiente dependiente de la nueva Secretaría de Comercio Exterior ??
Quienes van a trabajar en la nueva Secretaría de comercio exterior ? Los ex-SECEN que vuelven a formar un nuevo cuerpo independiente ? O se creará un nuevo cuerpo de consejeros y agregados comerciales ? Será un cuerpo profesional o a dedo ?
Las consejerias y agregadurias comerciales de las embajadas argentinas serán cubiertas por la gente de la secretaría de comercio exterior ? o los funcionarios de la Cancilleria podrán ser jefes de esas secciones economicas y comerciales ??


En lo que hace a promoción comercial (inteligencia comercial, misiones comerciales, participación en ferias y exposiciones) el trabajo de nuestras 130 sedes en el exterior es fundamental. Son los que advierten sobre las oportunidades, firman los contratos de participación en ferias, contratan a las empresas constructoras de stands, arman los listados de importadores y estudios de mercado para las empresas argentinas, arman las agendas para las PyMEs, negocian los permisos para la admisión de muestras, consiguen descuentos en hoteles para empresarios, contratan a los intérpretes, se encargan de la logística del evento, organizan el cocktail de recepción (para no romper el mito del diplomático coctelero), etc etc etc.


Como ya he dejado claro en infinidad de posts anteriores, el trabajo en el exterior no es homogéneo. Hay sedes que hacen su laburo como un reloj, y otras que dan lástima. Pero lo que no se puede negar es que existe una infraestructura armada con presencia física en todas las ciudades del mundo que son importantes para nuestro comercio exterior, y que esa estructura funciona. Hacer que toda esa estructura pase a responder a una cabeza en otro Ministerio requiere arreglos institucionales equivalentes, por ejemplo, a transferir la cabeza del Ejército al Ministerio del Interior manteniendo las tropas en Defensa.


Es muy complicado retrotraer la situación al momento anterior a la fusión de Cancillería con el ex-SECEN. Entre otras razones, porque la mayoría de los ex-SECEN están jubilados o muertos. Los funcionarios de la última camada del servicio económico y comercial argentino rondan los 50 años, y la mayoría de las secciones comerciales de nuestras sedes están hoy en manos de funcionarios más jóvenes que ingresaron a la Canci vía ISEN. Es una estructura perfectible pero que funciona bien, y el Plan de Acción de promoción comercial es hoy una de las cartas de presentación del Ministerio.


Por otra parte, no alcanzaría con simplemente transferir el presupuesto de SCREI al Ministerio de Economía. La razón principal es porque no existe en la práctica una división formal entre las secciones comerciales y las demás secciones de nuestras Embajadas y consulados. Los sueldos de todos, los alquileres de las oficinas, las resmas de papel, todo sale de una caja única que se ubica presupuestariamente en SEREE (la Secretaría de Relaciones Exteriores, la que mantenemos).


El sistema de comunicaciones con las sedes en el exterior también es único. Y si bien hoy en día eso se puede solucionar con un sistema nuevo de baja seguridad (con base en correos electrónicos seguros con firma digital), la pregunta que me hago es si la instrucción de la Presidenta incluye la cirugía de separación de los siameses. En cuyo caso, espero que nos den la posibilidad de optar.

martes, 13 de diciembre de 2011

No entiendo

Otro mes de silencio de radio. Pero esta vez fue por motivos distintos a la vez pasada. La verdad es que fueron un par de meses de furia en el Ministerio. Antes de todos estos cambios de la última semana, el río se veía muy revuelto. Una licitación fracasada, un nuevo intento de licitación, presiones, drama, amenazas. La guerra de clases desatada en el Ministerio: Ministros vs Secretarios. Una lista de ascensos que tardó meses sin salir, y que se manejó en absoluto hermetismo (lo que no es malo). Y los rumores, de todas las formas y todos los colores.


Los rumores de recambio ministerial post-23 de octubre. Que Kreckler, que Argüello, que Abal Medina. Vuelve Taiana. El Ministerio se divide en dos: Relaciones Exteriores y Comercio Internacional. Vuelve Guido di Tella. Después el bisturí con el cual los dos principales candidatos a serrucharle el piso a Timerman quedaron fuera de carrera en 48 horas, Kreckler a Brasilia y Argüello a Washington. Más rumores: ahora dicen que Chiaradia renunció a la carrera. Débora Giorgi a Economía y Chiaradia a Industria. El suspenso hasta último momento.


Después vinieron los anuncios: Moreno se queda con toda SCREI, anuncian los diarios. Beatriz Paglieri asume en Comercio Exterior en Economía, pero Cecilia Nahón asume en el lugar de Kreckler. ¿Hay dos SCREI? La pesadilla de cientos de viejos carcamanes se hace realidad y la Cámpora mete un pie en la Cancillería. Es imposible mantener un mínimo grado de objetividad cuando la realidad es tan cambiante, y cada vez que me ponía a escribir un post terminaba insatisfecho. Entonces decidí no escribir nada.


En lugar de escribir, me tomé un avión a Seúl y me dediqué a laburar en la organización de la Expo. Mañana llego de vuelta a Buenos Aires, y no tengo la más puta idea de lo que me espera. Lo que era una simple misión de trabajo se transformó en una expedición de turismo aventura. La verdad es que muchos de estos temas de la carrera no le interesan a nadie más que a los diplomáticos, y por eso tampoco me sentí en la necesidad de escribir sobre lo que no terminaba de entender.


Aunque hay algo que es innegable: para el día del diplomático del año pasado escribí este post, donde afirmaba:


(H)oy tenemos a diplomáticos como Secretarios de Estado en SCREI, en SEREE y un diplomático de Subsecretario en SULTA. Manejamos la política exterior, las relaciones económicas y los temas administrativos. En mis 15 años de Cancillería, nunca tuvimos tanto poder... Más que al Canciller, no tenemos políticos a quienes echarles la culpa. A los colegas, feliz día. La casa es nuestra.


Y sí, manejando todos los resortes no pudimos armar una licitación y una lista de ascensos. Es triste reconocerlo, pero la realidad es que el pijazo tiene su cuota de merecimiento. A los 50 que aprobaron el ISEN, felicitaciones, y bienvenidos al quilombo.