jueves, 29 de septiembre de 2011

Primeras misiones diplomáticas argentinas (I)

La diplomacia argentina cumplió 200 años el 29 de mayo de 2010. Ese día de 1810 (que también fue el día de la creación de nuestras fuerzas armadas) se firmó el decreto nombrando a Matías de Irigoyen como enviado diplomático a Londres y se le encargó explicar al Consejo de Regencia de Cádiz las razones para el cambio de gobierno en Buenos Aires. Antes de pasar por Londres, hizo escala en Río de Janeiro para entrevistarse con Lord Strangford, el poderoso embajador británico ante el Reino de Portugal (que en esos momentos tenía su sede en Río).


Llegando a Portmouth en agosto de 1810 recibió la primera contra-instrucción en la historia de la diplomacia argentina: se le instruía a eliminar la etapa Cádiz de su misión. Hoy en día esto implicaría un trámite de modificación de MV (memo de viaje) y un cable a ERUNI (Embajada en Reino Unido) con copia a EESPA (Embajada en España) y CCADI (Consulado en Cádiz) explicando el cambio. No sé como se solucionaban esos trámites burocráticos en 1810, no me imagino que hubiera que darle intervención a las áreas de administración, finanzas y presupuesto para que salga el AV (autorización de viaje).


Nuestro primer Embajador volvió de Londres con las manos vacías políticamente (no lo recibió Lord Wellington, y no logró garantías de protección inglesa a la Revolución de Mayo) pero sí le dejaron comprar armas. Después de esa primera misión, se inauguró la moda de mandar a políticos a Embajadas en Europa para negociar no se sabe bien qué (y probablemente sacárselos de encima). Hubieron varias misiones entre 1810 y 1816, casi todas a Londres con escala en Río para obtener la bendición de Lord Strangford. Las más destacadas fueron:


La misión Rockstar: Mariano Moreno, 1811. El objetivo de la misión era... ¿qué importa el objetivo de la misión cuando tenemos tanto carisma y tanto fuego en un único barco? El posible envenenamiento de nuestro primer líder populista, la juventud consumida. Quizá, la primera muerte ilustre de la Historia Argentina.


La primera misión ante el FMI: Manuel José García, 1815. Ni bien asumió Alvear como Supremo, le encomendó a García una misión ante Lord Strangford en Río, para llevarle dos cartas (una a Strangford y una a Wellington). En su parte sustantiva, decían lo siguiente las cartitas esas:


Cinco años de repetidas experiencias han hecho ver ... que este país no está en edad ni en estado de governarse por si mismo, y que necesita una mano exterior que lo dirija y contenga (...) En estas circunstancias solamente la generosa Nación Británica puede poner un remedio eficaz a tantos males, acogiendo en sus brazos á estas Provincias, que obedecerán su Govierno, y recibirán sus leyes con el mayor placer.

Y pensar que casi 200 años después, hay gente que sigue pensando lo mismo. Las cartas nunca fueron entregadas, García se quedó cinco años como Embajador ante el Reino de Portugal en Río, y de vuelta a Buenos Aires fue canciller de la Provincia de Buenos Aires bajo Las Heras. No quedan registros históricos, pero se dice que García habría sido el primer canciller en usar twitter.


La misión exótica: Juan Pedro de Aguirre y Diego Saavedra, 1811. Fue nuestra primera misión a un país emergente - en esa época, Estados Unidos. A diferencia de las misiones a Inglaterra, Aguirre y Saavedra pudieron presentar logros concretos a su regreso: reconocimiento del estado de beligerancia en el Río de la Plata por parte del gobierno de EE.UU., encuentro y foto con James Monroe (que vendría a ser Presidente y enunciar la Doctrina Monroe en 1823, pero en ese momento era Canciller).


Un episodio curioso de la misión fue la parte de compra de armas. Dada la neutralidad de EE.UU. en la disputa entre España y sus colonias, el Presidente Madison no autorizó la venta oficial de armas, pero Monroe sí permitió las compras privadas. Como cuenta este texto, ante falta de disponibilidad del armero, Monroe autorizó una triangulación por la cual armas del arsenal fiscal terminaron viniendo a parar a la Argentina. El primer caso de triangulación ilegal de armas, inaugurando así una larga tradición diplomática argentina.


EE.UU. envió a Joel Roberts Poynsett como su primer agente al Río de la Plata en 1810, con un mensaje de no intervención en los asuntos de las colonias con España, pero la disposición de mantener relaciones amistosas ante la eventualidad de la independencia. En 1811, EE.UU. eran los primeros 17 estados de la Unión, y el gigantesco pedazo de tierra conocido como "Compra de la Luisiana", adquirido en 1803. Poco hacía pronosticar en esa época que, 120 años después, esas ex-colonias británicas serían la mayor economía del planeta.


Aún reconociendo la inutilidad de la historia contrafáctica, uno se pregunta qué hubiera pasado si en lugar de haber leído con tanto empeño La Riqueza de las Naciones, de 1776, nuestros próceres de Mayo le hubieran dedicado más tiempo a una literatura más moderna, como por ejemplo las ideas de Hamilton de 1790.


Sigo en el próximo post, con más misiones ilustres de nuestra diplomacia revolucionaria.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Desnudarse

Este post originalmente trataba de otras cosas. Era un post sobre las primeras impresiones de Yeosu, que terminaba con la conclusión que Yeosu es la Bahía Blanca de Corea. Era un post que se llamaba "Etapa I: Misión cumplida", continuación de este otro post. Pero realmente no hay mucho jugo que sacarle a los primeros minutos de un jueguito electrónico. Sí, volvimos de Corea con el contrato de participación firmado (que era el objetivo de la Etapa I), tuvimos algunos inconvenientes y sorpresas menores, de baja dificultad. No creo que interese mucho, excepto a los más fieles entre mis lectores.


En o alrededor de Corea publiqué cinco entradas: tres sobre la misión en sí, y dos sobre el tema ISEN - La Cámpora - APSEN - La Nación. "A mi La Nación no me consultó nada" fue por lejos el más visto y el más comentado. Lo que tiene su lógica. Con el objetivo de lograr un titular con fuertes críticas al gobierno, LN escribió cualquier saraza sin fundamento. A veces te ponen unos centros que no podés dejar de meter un gol, un smash o un buen polvo, dependiendo de las preferencias deportivas de cada uno o cada una.


En "Juliet, desnuda", de Nick Hornby, Duncan mantiene un sitio electrónico en homenaje a Tucker Crowe, músico americano de fines de los '70, que después de grabar su obra maestra ("Juliet") en 1986,  decide no grabar ni cantar más, y se recluye en paradero desconocido. 22 años después, surgen los demo de las canciones de "Juliet", que son lanzadas como "Juliet, Naked". Duncan es uno de los primeros en recibir el disco, y siente que tiene que ser el primero en alertar a la pequeña pero intensa comunidad virtual que ruidosamente acompaña el silencio de Tucker. Por una serie de razones equivocadas (despecho contra su "peor-es-nada", Annie; cierta adicción a la hipérbole, heredada del periodismo tradicional y muy vigente en la blogosfera), Duncan publica una crítica - en sus palabras "sobrecocinada" - donde declara la superioridad de "Juliet, Naked" a la versión terminada, y en consecuencia, a todo el resto de la obra de Tucker, y a toda la creación musical de la historia de la humanidad.


Yo me hago cargo de mi lado Duncan, y lo reconozco alrededor mío, por toda la internet. La hipérbole genera tráfico. Duncan tuvo 163 comentarios en 4 horas. A menor escala, yo lo compruebo día a día en este bloj: la polémica vende, la hipérbole paga. La hipérbole de Duncan genera una serie de eventos encadenados que le terminan cambiando la vida - no queda claro si para mejor o para peor. En mi caso, una hipérbole me generó puteadas de familiares ofendidos y un post explicativo, y por otra lo tengo a Constantino Roblas tratando de convencerme que no es tierno. Aunque en este último caso no sé si es hipérbole la figura retórica correcta. A ver, Mariano Grondona, ¿cómo se dice cagarse de risa en griego? ¿Ironía? ¿Paralipsis?


Son todos posts que generaron mucho tráfico (para mis modestos estándares), comentarios, runrun. Pero en el fondo, no tienen nada que ver con mi día a día. Realmente, ¿qué joraca me importa si unas turistas argentinas quedaron varadas en el medio de la revolución árabe, si un sitio radical publica un lamento de un colega por los embajadores políticos, o si a La Nación le preocupa que La Cámpora bla bla bla bla bla? Son temas que me pueden afectar tanto como las razones para el silencio de Tucker Crowe.


En charlas reservadas con el comité editorial (?), he recibido justas críticas por mostrar una visión demasiado blanda de la carrera. Como que todo fuera rosado y lindo. Algunos comentarios en el bloj me hacen ruído, onda "qué lindo, viajar por el mundo defendiendo la justicia, la paz, los derechos humanos y el interés nacional". Claro, cuando le agrego 16 hipérboles (las conté), hasta mi rutina parece interesante y genera tráfico y comentarios, como en este post de hace un año.


Pero cuando le desnudo las hipérboles, me queda esto. Un post que genera menos interés que las diatribas de Saint Lary, y cuyo único comentario fue para quejarse de los dibujitos. No leí cosas como: "qué interesante, ¿cómo van a solucionar el tema de iluminación? ¿cuántos enchufes van a instalar? ¿cómo es la corriente eléctrica en Corea?"; "¡cuánto glamour!, que después de 15 años de carrera te toque ir a hacer de maestro de obras en un pueblo de pescadores a 20.000 km de distancia donde nadie habla una palabra que no sea coreano, en el hotel no entienden "breakfast" o "towel", y la mínima promedio en enero es bajo cero".


Así que no se equivoquen: eso que a nadie le interesa, es el día a día, es mi rutina. Ese pabellón que uno ve desnudo tiene que estar impecable y repleto de contenidos en coreano a partir del 12 de mayo de 2012. Tengo que trabajar en coordinación con un grupo de gente, algunos con intereses divergentes, para remover los cientos de obstáculos que se interponen entre hoy y el día de la inauguración. Que además son demasiado aburridos, y a menos que les meta unas buenas hipérboles, no generan tráfico. Como hablar de enchufes. Pero para esas cosas que a nadie le importan me garpan, y no para defender la libertad de expresión o la bla bla bla bla bla.


Y esa es la verdad, desnuda.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Yeosu, o el fin de la estética soviética en el bloj

Me resistí, y seguí resistiendo. Tendría que haber empezado a poner gráficos, imágenes, fotos. Luces de colores para entretener a los lectores. Pero resistí. En este post, lo llamé "estética soviética". Pero bueno, no puedo laburar para Disney (en el fondo, una expo es como un parque temático) y quedar sólo en palabras. Así que bueno, basta de hacerse el intelectual con palabras lindas y largas y complicadas, llegó la hora de los cambios revolucionarios, voy a tener que aprender a trabajar con imágenes y ponerle un poco de onda al bloj.


Así se tiene que ver la Expo Yeosu 2012 el 12 de mayo del año que viene:




Y así es como se ven las obras al día de hoy:




Todavía les queda mucho trabajo por hacer a los coreanos. A nosotros también. El 12 de mayo, estaremos inaugurando el pabellón argentino en parte de este espacio:




Ubicación inmejorable, que le dicen.


¡Feliz día de la primavera!

martes, 20 de septiembre de 2011

Me puedo equivocar, pero subo la apuesta igual

Me pasa por desconfiar del APSEN (el sindicato de diplomáticos) en este post. Pasa que La Nación dice que el APSEN se quejó por la incorporación de variedad ideológica en la formación de los futuros diplomáticos. Aunque mi primera reacción fue pensar "esto me suena a verso de La Nación, no puedo creer que el APSEN esté en la pelotudez de una cacería de brujas ideológica", mi segunda reacción fue "pensándolo bien, tampoco es tan inverosímil".


Pero bueno, llegó a mis manos la nota del APSEN a la que hace referencia el diario conservador. Es una nota de abril, y en su parte relevante dice lo siguiente:


(H)emos visto con agrado la incorporación de nuevos profesores como así también el diseño de un plan de estudios que permita a los aspirantes ... pensar y formar su propia opinión.




Creo que es bastante claro, y pido perdón por haber desconfiado del sindicato de mi rama. Pero ¿por qué hace estas cosas La Nación? La Cancillería es uno de los pocos lugares del país donde ese diario aún goza de cierta credibilidad. ¿Realmente vale la pena mostrar tanto la hilacha para poder tener un titular con fuertes críticas al gobierno?


No me caben dudas que a la mayoría de los diplomáticos argentinos la simple mención del nombre "La Cámpora" les genera zarpullido, picazón y ronchas en la piel, pero la idea de empezar una cruzada ideológica que enfrente a la diplomacia con el poder político por un seminario y una charla excede el campo de la racionalidad. Y esto sería esto y nada más que esto, y ni siquiera ameritaría este post, si no fuera por una carta de lectores en La Nación del día de ayer. En la carta, el APSEN celebra absoluciones - lo que por otra parte me parece muy bien, bárbaro.


Y me queda una pregunta dando vueltas en la cabeza: ¿qué carajo está esperando el APSEN para aclarar esta situación de una vez por todas, y explicar a la ciudadanía que el sindicato de diplomáticos no está embarcado en la persecución ideológica a los profesores del ISEN? E incluso soy capaz de subir la apuesta: si el APSEN dejara en claro que los diplomáticos, al contrario de lo que afirma La Nación, valoramos la incorporación de distintas corrientes de pensamiento a nuestra carrera, lleno la ficha de afiliación que duerme en un cajón de mi oficina.

domingo, 18 de septiembre de 2011

A mi La Nación no me consultó nada

Es un horror. Un escándalo. Es el acabóse, el dónde iremos a parar. La Nación reacciona con indignación a un nuevo intento de desideologizar el ISEN. Ahora dicen que La Cámpora está copando el Instituto. Es un grave problema con el nuevo KKK: Kicillof, Kirchner, Keynes. The KKK took my baby away. Para La Nación, la escuela de diplomáticos debe ser un instrumento ideológico para la difusión de enseñanzas neoclásicas, y cualquier intento de apertura a otras formas de pensamiento es una aberración que debe ser pasada por la guillotina.


La necesidad de que los futuros diplomáticos y diplomáticas de la Argentina escuchen a todas las voces todas estuvo presente a lo largo de la larga charla que tuve con Piñeiro Iñíguez, y que resultó en este post y su continuación. Y por suerte es una decisión tomada y en ejecución que no depende del espíritu de censura que surge del artículo de La Nación. Como queda claro del Plan de Estudios 2011, la materia troncal de "Economía Internacional" sigue siendo dictada por Felipe de la Balze y Diana Tussie, y lo que se hizo fue agregar un seminario sobre introducción al pensamiento de Keynes y a corrientes heterodoxas de pensamiento dictado por (horror) Kicillof. La Nación comenta que


Según confiaron cuatro fuentes calificadas de la Cancillería a LA NACION, la presencia de referentes de La Cámpora no cayó del todo bien entre los diplomáticos y alumnos. De hecho, hubo quejas formales que se trasladaron al ISEN desde el Palacio San Martín.


Entre los más de 1000 diplomáticos argentinos, no es del todo improbable que cuatro hayan dicho que les cayó mal que referentes de La Cámpora dicten un seminario o una charla en el Instituto. Estoy seguro que si me pongo a rascar, encuentro a cuatro fuentes a las que les molesten casi cualquier cosa del programa. Incluso es probable que encuentre a cuatro fuentes (entre las cuales no me incluyo) a las que les moleste que en el mismo seminario en el cual dio su charla Cabandié también haya sido invitada Victoria Donda, opositora al gobierno nacional.

De mi parte puedo decir que hace muchos años creo en la importancia de terminar con el extremismo ideológico neo-liberal en el ISEN y abrir el juego a todas las formas de pensamiento. Pero bueno, la verdad es que las pelotudeces que escribe La Nación me preocupan muy poco, porque afortunadamente la actual conducción del ISEN no está en manos de un aparato radicalizado y con ideas contrarias a la libertad de expresión, como parece ser el caso del diario conservador.


Pero hay algo que me preocupa un poco más, y es esa supuesta carta del APSEN (el sindicato de diplomáticos) que menciona La Nación. Dice la nota que la comunicación del APSEN plantea objeciones a la incorporación de Kicillof y Cabandié. Yo no soy afiliado al APSEN, por lo que no recibí la comunicación. Por un lado, una carta de ese tenor me parece fuera de lugar y no termino de creer que el APSEN esté meando a tantos metros del tarro. Aunque es justamente por cierta percepción de que el APSEN tiene una tendencia natural a mear fuera del tarro que no estoy afiliado. Es un dilema difícil de solucionar: ¿desconfío más de La Nación o del APSEN?


Y es por eso que, por primera vez en mi vida, estoy pensando en escribir una carta de lectores al diario fundado por Bartolomé Mitre. Quiero que sea una misiva positiva, con algunas ideas sobre como avanzar con la modernización del proceso de selección y formación de diplomáticos. Adelanto algunas:



  • Volver al cupo femenino. Es una ofensa al tradicional machismo de la sociedad argentina que hoy en día ingresen tantas mujeres como hombres, y una solución es volver al cupo del 30%. Las minas después tienen todo tipo de problemas en la carrera porque no consiguen maridos, y terminan amargas y jodidas. ¿Por qué someterlas a esa vejación?
  • Eliminar los exámenes de ingreso en el interior: es una realidad que, desde que los exámenes se toman también en el interior del país, ha ingresado al Instituto (y por ende a la Cancillería) una generación de diplomáticos con acentos raros y poco roce en el mundo. Muchos de ellos incluso tienen un tono de piel un poco más oscuro que el promedio nacional, y no queremos que los de afuera piensen que la Argentina es un país de negros. Hay que encarar ese problema de frente, y sin miedo.
  • Hay cada rasca en la Cancillería actual. Una forma de controlar un poco el aluvión zoólogico es exigir títulos de propiedad a todos los que quieren ser diplomáticos argentinos. Los pobres no representan bien al país, porque no tienen ni buena ropa ni buenos modales.
  • La Cancillería viene en picada desde que se dejó de filtrar a judíos. Ojo, no tengo nada contra los judíos, y hasta tengo amigos y parientes judíos, pero una cosa es el interés personal y otra cosa es el interés nacional. Por privilegiar el primero, se han tomado decisiones egoístas y se ha vulnerado el segundo. Creo que es muy claro lo que hay que hacer, por lo que ni siquiera me voy a gastar explicando.
  • Es sabido por todos que la época de oro de la Argentina fueron los años dorados entre 1870 y 1913, el granero del mundo, la perla de América del Sur. Esta obsesión en hablar de los '70, los '80 y los '90 es una clara muestra del resentimiento que invade a nuestras autoridades. Hay que dejar ese pasado en paz, y elaborar un plan de estudios para el ISEN que nos permita estudiar a fondo ese medio siglo de prosperidad que tuvimos. De esa forma, quizá hasta logremos revertir la Ley Sáenz Peña y volver a las épocas de oro.
  • ¿Qué es esto de incluir seminarios sobre la historia del radicalismo y del peronismo? Los lectores de La Nación sabemos muy bien que el pueblo argentino, compuesto de pobres ignorantes, no está preparado para la democracia. No hay que adoctrinar a los futuros diplomáticos en esas ideas pejigueras de democracia, derechos humanos, libertad de expresión, que tanto daño han hecho al país.
  • Finalmente queda el tema de los apellidos. Cualquiera que vea un listado actual de ingresantes al ISEN se encuentra con apellidos italianos, polacos, ucranianos, libaneses o wichi. Y otros que uno ni se imagina de dónde vienen. Es gente que llegó hace poco al país, y que por esa razón no tiene un verdadero compromiso con la Argentina. Sería conveniente excluir a todo aquel que no pueda probar que desciende de los héroes de la Campaña del Desierto. Los apellidos exóticos son además complicados de pronunciar.
No creo que sea necesario implementar todas esas medidas juntas, quizá convenga un enfoque gradual. Ir trabajando de a poco, para limpiar de una vez por todas a nuestra querida Cancillería de todos los elementos indeseables que se han ido incorporando desde el año 1983. La Patria nos lo pide a gritos, y a la Patria hay que escucharla cuando grita.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Seúl es muy cool

Tantos años en Japón y nunca crucé el charco para conocer Seúl. No fue falta de interés. Entre una cosa y otra, nunca se dio. Tokio y Seúl están a menos de 2 horas de vuelo. Si uno reserva con tiempo, se consiguen paquetes de fin de semana relativamente baratos. Pero de cierta forma siempre creí que Corea se merece más que un fin de semana, es de esos países que siempre quise conocer más profundamente.

En primer lugar, porque si hay algo que me puede son las grandes ciudades. Me pierdo con todo lo que sea rascacielos, autopistas, subtes, aglomeración urbana. Y las ciudades no vienen en tamaños mucho más grandes que Seúl: en el listado de aglomeraciones urbanas más pobladas del mundo, Seúl-Incheon sale tercera; en el de áreas metropolitanas más pobladas, queda segunda.

En segundo lugar, porque también me encanta la historia económica. No creo que haya un caso similar al de Corea en la historia económica mundial: es el único caso que conozco de un país que en 50 años pasó de ser un país de agricultores miserables a ser una potencia económica global. Dos ejemplos de la evolución coreana alcanzan: en 1975, el 45,7% de la población activa coreana estaba empleada en la agricultura, y en 1999 era el 11,6%.


Pero el dato más impresionante es el PBI per capita: en 1962, en dólares corrientes cada coreano producía anualmente un valor de US$ 110. En términos comparativos, era menos de la mitad del PBI per capita de Brasil de ese año, un cuarto del portugués, un octavo del argentino y un 30% mayor al de la India. En el 2010, esas proporciones cambiaron radicalmente, y el ingreso per capita de Corea del año pasado fue más del doble del de Brasil y Argentina, igual al de Portugal y 16 veces el de la India.


Tuve tres días en Seúl, en los cuales buena parte del tiempo estuvimos metidos en reuniones en la Embajada, pero en algunas salidas uno ya se va formando ciertas impresiones. Y mi primera impresión es medio retro: la arquitectura de las ciudades tiene cierta relación con lo que uno determina como una "Edad de Oro": París es decimonónica, Buenos Aires es principio del siglo XX, Shanghai es siglo XXI, y Seúl es totalmente ochentosa.


Medio onda Dallas. O Miami Vice. La impresión es que en cualquier momento empieza a sonar Duran Duran o (horror) Kenny G. Todo regado en abundantes porciones de kimchi y soju.


Como en un buen videojuego, la primera misión es de reconocimiento y para empezar a entender la lógica interna del juego. Bajo riesgo y baja presión. Algunas reuniones de presentación, preguntas fáciles, todavía no terminan de visualizarse los malos (que seguro van a aparecer, los que van a hacer de todo para cagarnos la misión). Tampoco hemos logrado liberar armas o llaves secretas todavía.


Pero bueno, esto recién empieza. Completada la primera fase con éxito, lo que sí logramos liberar son las tarjetas de embarque para volar a Yeosu y empezar la segunda fase. Algo me dice que la segunda fase tendrá dificultades adicionales. Como en un buen videojuego, la dificultad tiene que ser creciente.


Tres días en Seúl, todavía no puedo hablar mucho de la ciudad, del país o de los coreanos. Mientras un auto nos lleva por las orillas del río Han en dirección al aeropuerto de Gimpo (el Aeroparque de Seúl), no puedo dejar de pensar en la freakeada que es The Host. Seúl es muy cool, pero también parece ser bastante freak. Creo que me esperan meses bizarros.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Strangeways, Here We Come; Misión Corea


(No sé si a alguien más le pasa. Pero a veces siento que mi vida fuera como un videojuego. Uno de esos en los que a uno le encargan una misión, se empieza con recursos muy básicos y hay que ir descubriendo todo: armas, tesoros, llaves mágicas, pistas. Las cosas se van revelando de a poco, y uno tiene que seguir ciertos cursos predeterminados de acción para cumplir exitosamente con la misión.)

En el siglo XIX se puso de moda la celebración de exposiciones universales, grandes ferias mundiales que servían de vidriera para los avances científicos y tecnológicos de los países centrales (Francia, Inglaterra) y del gran emergente (Estados Unidos). En una época en que los viajes internacionales aún estaban fuera del alcance del ciudadano común, estas exposiciones servían como un recorrido por el mundo, lo traían a las grandes ciudades. La Gran Exposición de Londres de 1851 fue visitada por más de 6 millones de personas en sus 6 meses de duración (un tercio de la población británica de la época). De cierta forma, esas expo fueron precursoras de los grandes eventos de masas del siglo XX.

A partir de 1928, con la firma de la Convención relativa a las Exposiciones Universales, y la posterior creación de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE, por su sigla en francés, 1931), se institucionalizó la peluquería, y los países se pusieron de acuerdo en ciertas reglas básicas sobre la duración, calidad y frecuencia de una expo. El BIE reconoce como tales a 49 exposiciones del siglo XX, realizadas en 19 países. Nueve se llevaron a cabo en EE.UU., seis en Bélgica e Italia, y cinco en Francia. La única expo realizada en Latinoamérica se llevó a cabo entre 1949 y 1950 en Haití.

La Argentina tiene una larga tradición de participación en exposiciones universales. En 1904, por ejemplo, en Saint Louis, EE.UU., presentamos una reproducción de la Casa Rosada. Dice Wikipedia que "aunque de escaso tamaño, el pabellón de Argentina fue uno de los de mayor belleza arquitectónica de la muestra". Juro que no lo edité yo. Hemos tenido nuestros altos y bajos en expos, alguien me contó que en una expo de fines de los '80 o '90, el día de la inauguración el pabellón argentino contaba con un escritorio, dos azafatas, folletos de turismo y una bandera como decoración. En los últimos años, hemos hecho un buen papel (Aichi 2005Zaragoza 2008Shanghai 2010).

Ahora, a lo operativo.

Objetivo: integrar el equipo de trabajo responsable de la implementación de un pabellón argentino en Expo Yeosu 2012, República de Corea.

Plazos: el pabellón tiene que estar operativo entre el 12 de mayo y el 12 de agosto de 2012.

Tema de la Expo: "Océanos y Costas Vivos" (menos mal que no me tocó ser suizo o boliviano).

Todo lo demás está medio por definirse. Las instrucciones vienen en un manual, el "Reglamento de Participación", y docenas de reglamentos específicos y especiales para cada cosa que a uno se le ocurra que puede pasar en una expo. Son en total unas 300 páginas de comandos y funciones. Mi tendencia natural es a saltearme las explicaciones y empezar a jugar directamente, aunque este jueguito parece ser bastante complicado (y me dicen que no puedo resetear y empezar de nuevo, el game over es medio en serio).

Arma secretaesto. Un decreto presidencial declarando de interés nacional la participación argentina en Expo Yeosu 2012, y creando una comisión interministerial en el ámbito de cancillería.

¿Y cómo empieza todo esto? Hace dos semanas alguien apretó el botón de start game. Los primeros pasos del juego fueron de preparación y reconocimiento de los comandos básicos. Esta noche se larga el juego en serio: partimos hacia Corea para hacer reconocimiento del terreno y empezar a definir las primeras cuestiones. Es mi primera vez en Seúl.

Tenemos 243 días, y 1873 cosas para definir. Creo que habrá mucho sobre Corea en los próximos meses en este bloj. Stay tuned.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Aotearoa

Aotearoa es un Estado-Nación no ficticio en el Pacífico. Es una extraña mezcla de Uruguay con Malvinas. Como todos los países, reales o imaginarios, tiene una historia. Los orígenes de Aotearoa son relativamente recientes: un grupo de polinesios colonizó las islas en el siglo XIII. En 1769, desembarcó en las islas una tribu más avanzada llamada pākehā, y de a poco se fueron estableciendo en las islas. Los pākehā traían innovaciones importantes (principalmente armas), y los polinesios comenzaron a adquirir esas armas a cambio de harakeke, una especie local de lino muy preciado por la resistencia de sus fibras.


La introducción de las armas provocó un desequilibrio de poder entre las tribus polinesias, y sangrientas guerras se desataron. Como resultado, unos 20.000 nativos perdieron sus vidas entre 1807 y 1842, y otros 30.000 fueron desplazados o esclavizados (para recolectar harakeke en los pantanos). A partir de 1815, las interacciones entre pākehā y polinesios subieron en intensidad: un número creciente de polinesios adoptó la religión pākehā, los pākehā comenzaron a comprar tierras. No se puede decir que todo haya sido un intento deliberado de los pākehā de controlar Aotearoa. Buena parte de los colonizadores eran fugitivos de la ley.


Sea como sea, en 1840 se firmó el Tratado de Waitangi entre pākehā y las tribus polinesias locales. El texto del acuerdo establece un gobernador pākehā, reconoce el derecho de los nativos a sus tierras y les otorga plenos derechos pākehā, aunque tiene puntos poco claros (incluyendo una sospechosa diferencia de lenguaje: en idioma pākehā el texto habla de soberanía pākehā sobre Aotearoa, y en el idioma local el lenguaje es más soft). En la práctica, implicó 150 años de sometimiento económico y cultural.


Varios nativos se rebelaron contra el gobierno pākehā, y en 1863 los pākehā se otorgaron el derecho de confiscarle la tierra a los rebeldes. Un proceso de confiscaciones masivas de tierras empezó. El aumento de la inmigración pākehā y de otras tribus generó una sociedad agroexportadora y una inusitada prosperidad económica (para los pākehā): durante casi un siglo, Aotearoa fue uno de los países de mayor ingreso per capita del mundo. A los nativos polinesios no les fue tan bien: entre 1840 y 1890 perdieron el 95% de sus tierras.


En 1840, habían 100.000 polinesios y 2.000 pākehā. En 1896, quedaban 42.000 polinesios y los pākehā superaban los 700.000. Si bien el número de polinesios volvió a crecer en el siglo XX, sus condiciones de vida siguieron siendo muy inferiores a las de los pākehā. Ello derivó en un fuerte movimiento de protesta nativa en los '60. A su vez, la economía de Aotearoa entró en una crisis de la cual, de cierta forma, aún no ha logrado salir. Su ingreso per capita, que supo ser de los más altos del mundo, hoy se ubica entre el de España y el de Grecia (medido en PPP, es menor que el de Eslovenia).


Pero lentamente sus cuestiones raciales y sociales fueron siendo canalizadas. Las protestas de los nativos empezaron a ser escuchadas, y en 1975 se estableció un tribunal para determinar los incumplimientos del Tratado de Waitangi. Inicialmente pensado para resolver problemas actuales, a partir de 1985 pasó a escuchar los reclamos históricos de los pueblos originarios.


Buena parte de la población de Aotearoa se opuso al Tribunal y a las restituciones. ¿Para qué revolver el pasado? ¿Para qué meterse con hechos que ocurrieron hace más de 100 años? Pero otra parte de la población del país necesitaba respuestas. Necesitaba un reconocimiento, un gesto. Las heridas no se curan solas, ni acá ni en Aotearoa. Las restituciones han significado hasta ahora un monto acumulado aproximado de US$ 700 millones, además de otorgar a los nativos verdaderos derechos sobre los recursos pesqueros. También implicaron una inédita prosperidad económica para los nativos, que en 30 años pasaron a incorporarse a la pujante clase media local.


Pero la compensación no es sólo material. En 1987, por ejemplo, una nueva Ley de Idiomas permitió usar el idioma nativo como oficial. Hasta ese momento, en el mundo conocíamos a Aotearoa exclusivamente por su nombre pākehā. La economía de Aotearoa sigue sin levantar cabeza, pero han avanzado muchísimo en la resolución de su principal problema social, lo que obviamente habla bien de su madurez como sociedad. Ahora bien, ¿qué quiero decir con todo esto?



  1. Algunos nos quieren convencer que hay en esta historia un milagro económico del neoliberalismo, milagro producido por Santa Ruth Richardson, la "Thatcher del Pacífico".
  2. A los que dicen que Aotearoa es un modelo a seguir para la Argentina, mi sugerencia es elegir modelos a los que les haya ido bien. A los que uno pueda aspirar. Es jodido presentar el argumento que Argentina debería seguir el modelo de Aotearoa y en el mismo post mostrar este gráfico que indica que en términos de desempeño económico relativo, a la Argentina le fue mejor que a Aotearoa en los últimos 140 años.
  3. No me compro el argumento que River tiene que seguir el modelo de Belgrano para zafar del descenso. No, no queremos zafar, queremos salir campeones.
  4. Que fácil es agarrar la historia de un país que uno mal conoce, seleccionar algunos datos a nuestro gusto y construir un relato que diga lo que uno quiere decir y que llegue a las conclusiones a las que uno quiere llegar.

Buen fin de semana para todos y todas.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Autos y seguridad nacional

Después de escribir un post sobre el (triste) estado de la blogosfera económica argentina (BEA), Finlandia y Rusia (o ELY y Mariano) publican dos excelentes posts complementarios sobre el dilema de la industrialización. A veces te sorprende comprobar como, desde dos lugares tan distintos, se puede estar diciendo en esencia lo mismo.


Es una vieja discusión, MOA vs MOI. Nuestro "destino manifiesto" agroindustrial vs nuestro "capricho" industrialista. Es un debate de los que uno disfruta ver en la BEA, pero quiero alertar sobre la inutilidad de meter en la discusión a la política automotriz. En el pasado, he despotricado contra eso de asignarle excesiva importancia a las "políticas de estado", pero se puede decir que todos los presidentes de la democracia (y antes también) han estado de acuerdo con que la Argentina debe producir automóviles.


Siempre se protegió a los autos. Gobiernos liberales y gobiernos nacionalistas, radicales y peronistas. Tendría que hacer un estudio más exhaustivo, pero creo que hasta los dictadores más sanguinarios tenían una debilidad por la industria automotriz. En el auge del festival de apertura de la economía, en 1991, se aprobó un régimen automotriz que liberaba importaciones, pero a cambio de inversiones y exportaciones. Se permitía la importación después del cierre total del mercado, pero siempre pensando en el mantenimiento de la industria local. El comercio de autos es una eterna espina política en el Mercosur. Muchas veces negociadas, más veces postergada, el sueño de una PAC sudamericana (la Política Automotriz Común del Mercosur) sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes del proceso de integración.


La Argentina nunca renunciará a tener una industria automotriz fuerte y viable. Aunque haya asignaciones alternativas de recursos más eficientes. Los detalles de implementación pueden variar según los signos políticos de los distintos gobiernos: en algunos casos se toman medidas que buscan el equilibrio de la balanza comercial, en otros casos se privilegia el mantenimiento de la mano de obra del sector. Por momentos se usan las "restricciones voluntarias", en otros momentos se aplica manu militari. A veces los subsidios son directos a las empresas productoras, a veces se disfrazan como apoyo a la industria (por ejemplo, con energía subsidiada). Pero siempre se busca mantener capacidad nacional.


Y la industria automotriz argentina no es un desastre. Tiene serios problemas (dependencia de capital y tecnología extranjeros, extinción parcial de las autopartistas en los '90) pero también tiene una ventaja importante: el Mercosur es funcional a la estrategia global de las automotrices para cubrir localmente el mercado sudamericano desde Argentina y Brasil. Una de las funciones del poder político es encontrar formas tendientes a que el objetivo nacional de fabricar autos no nos salga demasiado caro.


En los países desarrollados inventaron la expresión "multifuncionalidad de la agricultura" para tratar de adaptar el concepto de seguridad alimentaria a sus propias necesidades políticas. La idea por detrás de eso es que los mercados de alimentos son especiales, y que porcentajes elevados de auto-suficiencia alimentaria (el porcentaje de alimentos consumidos por la población que se producen nacionalmente) son políticamente deseables. Incluso a costo de generar ineficiencias económicas.


Y eso ocurre en buena medida porque en los países en donde la agricultura ha dejado de ser rentable (Europa, Japón, Corea) se sigue creyendo que mantener niveles adecuados de producción de alimentos es estratégico. Desmantelar toda una estructura milenaria de producción de alimentos porque es más eficiente importar todo no se le pasa por la cabeza a nadie, y la sociedad como un todo acepta pagar el costo de mantener esa estructura. Incluso como reaseguro para una crisis o emergencia. Que las hay.


Lo que muchas veces he charlado con colegas del norte es que en la Argentina pensamos igual, pero al revés. Comida tenemos, e incluso en caso de una interrupción total del comercio internacional no vamos a pasar hambre (aunque en esa eventualidad tendríamos que renunciar al mango y al ananá, lo que es casi tan catastrófico). Entonces para nosotros es estratégico encarar este asunto desde la multifuncionalidad de la industria, pensando en nuestro propio interés nacional: la seguridad automotriz.


Presidentes tan disímiles como Frondizi, Perón, Alfonsín, Menem, Kirchner y CFK han coincidido en la importancia estratégica de este sector, lo que no es poco. Entonces encarar cualquier política sectorial desde el punto de vista exclusivamente de la eficiencia es insuficiente. Como buena política de estado, no tenemos mucha flexibilidad para tocarla sustancialmente. La producción nacional de automóviles es un poco como nuestra soberanía sobre Malvinas: irrenunciable.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Pase y BEA

Hace un par de semanas vengo pensando en el momento particular de la blogosfera económica argentina (BEA), y la semana pasada vi mis pensamientos reflejados en este post de Abel. Del análisis de Abel, extraigo dos factores principales que contribuyen a este momento particular de poco debate en la BEA.


Por un lado, el fetichismo inflacionario. No se trata de negar la realidad, tenemos en la Argentina actual aumentos de precios mayores a los deseados por todos como sociedad. Sin embargo, que algo sea indeseable no necesariamente implica que sea inaceptable. Además, más allá de la discusión sobre aspectos institucionales (reforma del INDEC), la oposición no logró plantear una alternativa creíble ni siquiera en materia de inflación. La BEA fue testigo de interesantes debates sobre la inflación en los últimos años, y es triste que la oposición no haya logrado ni siquiera captar ese debate, impulsar a sus protagonistas y presentar una agenda un poco más modernita.


Respecto a eso, me viene a la mente el año 1994 - el año previo al tequilazo y la reelección de Menem. Después de haber exitosamente controlado la hiper del 90, la inflación bajó a 17, 5% en 1992, 12,6% al año siguiente y llegó al 3,9% en ese crucial año de '94. El desempleo, a su vez, había tomado el camino inverso, subiendo de 7% a 9,6%, de ahí a 11,4% en 1994. Recién en 2006 se volvió a tasas de desempleo de un dígito, y esos doce largos años de tasas altas de desempleo ayudan a explicar cierta tolerancia social a tasas de inflación indeseablemente altas. Incapaz de transformar un interesante debate teórico sobre un problema actual de los argentinos en propuestas políticas aspirantes al poder, parte de la BEA quedó enfrascada en un debate que la sociedad ya había saldado, con mayor tolerancia a la inflación que la verificada en la casta de los economistas.


Por otro lado, está lo que Mariano llama el fin de la batacu. Es verdad que la BEA fue generalmente inmune a las tendencias más apocalípticas de los popes económicos de los grandes medios ("se va todo al carajo antes de fin de año", "manotazos de ahogado", "gobernadores rebeldes ante el inexorable fin de la kaja"). Pero no se puede negar que el intento deliberado de plantear la idea que la economía argentina era más endeble de lo que resultó ser, y la manipulación de datos estadísticos para reforzar esa idea ("vuelve el doble déficit, se va todo al carajo") terminaron deteriorando toda la discusión económica en la Argentina. Como bien dice Abel:

Como todas las predicciones catastróficas hechas sobre la marcha de la economía desde 2003 – algunas desde 2002 – han resultado equivocadas o ridículas, cualquier observación negativa es rechazada automáticamente.

Ahora que hasta el Wall Street Journal es kirchnerista, y que el New York Times sugiere que EE.UU. deje de boludear con ajuste tras ajuste y mire el ejemplo argentino, se ha puesto de moda tener al menos un amigo oficialista incluso en un ámbito rancio como la cancillería argentina. Decir "está todo mal" en público es casi un faux pas, onda pre-bicentenario. ¿Y la BEA? En diciembre, Matías hizo en este excelente post el Mapamundi de la BEA. Pocos meses después, vemos que la crisis financiera azota a buena parte del globo.

Empezando con EE.UU. Obviamente, la producción del Imperio marca el ritmo del resto. En ese sentido, la PMP (producción mensual de posts) de ESC fue de 11,25 en 2009, 9,1 en 2010 y 5,5 este año. La calidad sigue siendo imbatible (sino, vean esto o esto), pero la caída en la PMP de EE.UU. evidentemente afecta la producción del resto del globo. Especialmente cuando se combina con la crisis en China, que es aún más grave. El PMP cayó de 48,9 en 2010 a 6,8 en 2011, y un total de dos posts publicados en los últimos tres meses: un interesante post sobre un posible cambio en las preferencias chilenas de modelo económico, y el fascinante (?) descubrimiento que Duhalde no tiene equipo económico.

La crisis también azota con severidad a Inglaterra (caída de 17,8 a 1,9 PMP entre 2010 y 2011, el más bajo en los 8 años de historia del blog), Cuba (7,1 a 2,5, ensayando una recuperación en agosto), Japón (inactivo desde enero), Colombia (caída de 29,7 a 6,4), Ecuador (inactivo desde mayo) e Israel (con un único post en los últimos 5 meses); y con menor fuerza a Venezuela (caída de 8,9 a 5 PMP), Alemania (41,1 a 20,1) y Brasil (36,9 a 14,5)

Vienen escapando de la crisis Francia (aunque es uno de los más afectados por el fin de la batacu, al ser de los más permeables al está-todo-malismo), Suiza, Canadá (al no ser un blog y no tener relaciones con el resto de la BEA, parece haber quedado inmune al efecto contagio) y Uruguay. También merecen una mención especial países como Finlandia (que, inmune a la crisis financiera, viene marcando el ritmo a la BEA en los últimos meses) y la Argentina (que también viene marcando el ritmo desde esta vereda, incluso subiendo la PMP de 3,2 a 5,1).

Hace unos meses me acuerdo de haber leído un comentario de Mariano en tono medio quejoso, como que se sentía ninguneado por la BEA. Por eso me parece justo asignarle Rusia a Yendo a Menos: usando un paradigma distinto, y ante la crisis del capitalismo en Occidente, terminó siendo potencia por sus propios méritos.