sábado, 26 de junio de 2010
Caja, músculo y política (exterior)
viernes, 25 de junio de 2010
Nobleza obliga
obvio que existió y existe diplomacia paralela. ¿O Ud. realmente pretende darle el manejo de los fideicomisos con Venezuela a un diplomático?
Cuando habla de una embajada paralela, si se refiere a todo lo que tuvimos que hacer porque él no hacía nada o porque se pasaba de copetín en copetín y de cóctel en cóctel, bueno, tómelo como una embajada paralela
¿Es correcto inferir que De Vido admitió, sin darse cuenta o con pleno raciocinio, que existió una "embajada paralela" en Caracas y que él y su equipo la protagonizaron? ¿O apeló a una estructura argumental algo torpe, pero se mantuvo lejos de admitir un canal no-diplomático?
absolutamente convencido de que en las relaciones económicas entre la Argentina y Venezuela existió y existe una diplomacia paralela a la de nuestra Cancillería que estaría a cargo, fundamentalmente, del Ministerio de Planificación Federal, lo que vulnera la ley de ministerios. Estoy igualmente convencido de que las relaciones comerciales establecidas se desarrollan mediante mecanismos que permiten la decisión discrecional o arbitraria de funcionarios de ambos países, lo que necesariamente deriva en corrupción. Es por esto que esta semana vamos a presentar un proyecto de ley para modificar esta forma escandalosa de comercio que hoy supera los dos mil millones de dólares anuales"
1 año ¿alcanza?
jueves, 24 de junio de 2010
En defensa de los 2 años
"El tema de este comentario también estaba en el anterior (en la posdata) porque también hay un tema recurrente en los post del blog. El tema del ISEN. Será porque mi experiencia en el ISEN fue bien diferente o porque tengo una estima particular para lo académico o porque me parece que su condición de experimento institucional solitario en el Estado argentino lo un tanto frágil pero, en todo caso, me parece innecesario el uso de munición tan gruesa.
Me explico: a mí me parece interesante que la Cancillería conserve un lugar semi-preservado del trabajo diario para la formación de base de los funcionarios. Podemos discutir qué currícula enseñar, cuántos idiomas, y todo lo demás que se nos ocurra pero me da la sensación de que cuando se resignan esos espacios institucionales (borrar un año, por ejemplo) en pos del "learning by doing", no se los recupera más. Y a la larga te convertís en un sello de goma como tantas academias diplomáticas de la región.
Creo que el tiempo del ISEN es el último momento de calma antes de que el día a día del trabajo haga de la formación algo mucho más difícil.
Si a eso le sumas que la heterogeneidad de las carreras de grado de los concursantes ha aumentado y que el nivel de idiomas es bastante básico, reduciendo el ISEN a un año, en el mejor de los casos, tenés secretarios con un inglés rudimentario, un portugués inexistente y una base común de conocimiento de PEA bastante endeble.
Ahora, se podría volver a cerrar el espectro de carreras aptas para que la universidad haga la nivelación y subir el nivel de idiomas necesario para inscribirse pero vaya uno a saber cuántas personas se inscribirían. Además del sesgo sociológico que, estimo, eso daría a los futuros funcionarios.
También podrías decir que el resultado de dos años de ISEN es ese mismo. Al margen de que no creo que eso sea así, me parece que la respuesta en todo caso está en trabajar sobre los problemas de formación y no en regalar el espacio entero para darle un perfil más burocrático a la carrera.
Para concluir, me parece que la última gestión del ISEN ha hecho cosas bastante piolas. Si me preguntás a mí qué me hubiera gustado en mi ISEN: más tiempo para terceros idiomas, menos fragmentación de materias y seminarios sobre formulación de políticas públicas y recursos humanos."
miércoles, 23 de junio de 2010
Periodismo berreta, propaganda política
Complejo de inferioridad, paranoia y necesidad de lealtad incondicional. Esos comportamientos psicológicos son los que dominan la manera de gobernar de Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández, y no las consideraciones políticas básicas que debe tener en cuenta cualquier mandatario para manejar un país.
martes, 22 de junio de 2010
Tocáte una que sepamos todos
lunes, 21 de junio de 2010
¡Horror! Belcebú empezó con tutti...
No, hubo una Cancillería paralela en la imaginación de algunos periodistas.
sábado, 19 de junio de 2010
Otras Reacciones
Tirando al medio hace un análisis del fenómeno del TEUS (Taiana era un santo), pero mi ataque preferido a esa postura lo lanza jose ruben sentis. El blog del Ingeniero hace una fuerte defensa de la gestión de Taiana. Buena la parte que ahonda en las razones de la renuncia, aunque en verdad no llega a explicar por qué considera a Taiana el mejor Canciller desde 1983 (no digo que no lo haya sido, simplemente no sale del post).
viernes, 18 de junio de 2010
Reacciones
No es común que estemos en las tapas de los diarios. A ver qué dicen los medios del cambio del titular del PSM:
El titular de La Nación de las 22:36 es “Duras críticas a la política exterior del gobierno tras la salida de Taiana”. Lo esperable. Contundente, pero poca imaginación. Varias notas que ilustran la postura del “Taiana era un santo (TEUS)”, incluyendo la foto de portada de la edición electrónica, una sobre el nuevo Canciller. Le pongo un 6, por el esfuerzo.
Página 12: también, muy esperable. “Renunció Jorge Taiana y lo reemplaza Héctor Timerman”. Correcta, factual, pero sin mucha gracia. La subnota “Timerman: Para mí es un un orgullo participar del gabinete de la Presidenta”, también, esperable y con gusto a poco. Podrían usar su cercanía al Poder para conseguir algo más jugoso. Le pongo un 6,5, más alto que La Nación sólo porque el titular es factual y conciso y por evitar el TEUS.
Perfil: “Héctor Timerman reemplaza a Taiana al frente de la Cancillería”. Me gusta, habla del reemplazo sin mencionar la renuncia, que queda para el brillante copete: “hoy renunció el Ministro Taiana por motivos poco claros”. Le da espacio a los proponentes del TEUS pero también destaca otras visiones alternativas. Y el infaltable de Perfil, “Timerman dirigió un diario que defendía la dictadura”. No le pongo una nota más alta por no elaborar en eso de los motivos poco claros, ya que se limitaron a las declaraciones de los profetas del TEUS. Un 8.
Pero premio hay uno sólo, y se lo lleva el Titular Principal del Gran Diario Argentino, Vuvuzela: “Una frase de Cristina molestó a Taiana y lo llevó a presentar la renuncia a la Cancillería”. Me gusta mucho. Es el viejo tema de “la política como conventillo”, pero verborrágico y con muchas insinuaciones. Taiana fue Canciller y hombre de confianza de la Presidenta desde 2005, pero hoy, justo hoy, una frasecita fuera de lugar, un comentario desubicado, quizá algo sobre el bigote, hizo que todo se le replanteara. “Chau, ¡me voy! No quiero ser más tu Canciller. Lo que me has dicho me ha herido en el alma.” Sí, esta es creativa. Y me gusta mucho el toque de la foto gigante de Van der Kooy. Porque la nota, en el fondo, no es sobre Taiana o Timerman o Tinelli. Es sobre él. El periodista. Ni la llegué a leer para no romper la ilusión del título. Muy bien. Un 9 o 9,5.
El de adentro y las bolas de cristal
jueves, 17 de junio de 2010
Suprema
No, no voy a hablar de mi almuerzo más que tangencialmente. Ni de la actuación de Carlitos esta mañana. Quiero hablar de la Corte, y de un fallo en particular. Los que me conocen saben que las leyes no me interesan particularmente, y que me aburren las discusiones jurídicas. Pero también es muy raro encontrar un fallo o documento jurídico que refleje tan bien al Pequeño El de Adentro Ilustrado (PEDAI) en materia política, que en su página 1 afirma:
No puede ser, viejo, que juececitos del foro pedorro-administencioso de Catamarca se crean en el derecho de paralizar el país porque un legislador de morondanga se siente vulnerado y/o vulnerable. ¿Qué es esto, la justicia piquetera? ¿Dónde iremos a parar?
Y anteayer la Corte vino a poner las cosas en su lugar, pero con lenguaje jurídico (buscar Fallo T. 117. XLVI, del 15/06):
(N)ingún juez tiene en la República Argentina el poder de hacer caer la vigencia de una norma erga omnes ni nunca la tuvo desde la sanción de la Constitución de 1853/1860. Si no la tiene en la sentencia que decide el fondo de la cuestión, a fortiori menos aún puede ejercerla cautelarmente.
Y no se quedaron solo en eso, porque hurgaron más hondo en las ideas del Pedaismo, para afirmar que:
…un legislador no tendría legitimación activa cuando lo que trae a consideración de un tribunal de justicia es la reedición de un debate que ha perdido en el seno del Poder Legislativo por el juego de las mayorías y minorías respectivas... dicha legitimación podría eventualmente resultar admisible cuando se trata de la afectación de un interés concreto y directo a su respecto.
En tal sentido, citan a un fallo de EE.UU.:
De otro modo, admitir la legitimación en un grado que la identifique con el "generalizado interés de todos los ciudadanos en ejercicio de los poderes de gobierno...", "...deformaría las atribuciones del Poder Judicial en sus relaciones con el Ejecutivo y con la legislatura y lo expondría a la imputación de ejercer el gobierno por medio de medidas cautelares"
Porque este problemita no es exclusividad nuestra. Hace dos meses, Obama dijo:
And the core understanding of judicial restraint is, is that generally speaking, we should presume that the democratic processes and laws that are produced by the House and the Senate and state legislatures, et cetera, that the administrative process that goes with it is afforded some deference as long as core constitutional values are observed.
Que es justamente el mismo problemita que tenemos acá, ¿viste? Pero sigue la Corte alentando a la hinchada para frenar a los excesos de los jueces activistas políticos:
Y ello, se torna más llamativo en el caso … por lo cual se arribaría, como se dijo, al irrazonable resultado de extender una medida judicial a sujetos que no sólo no la han solicitado sino que, incluso, podrían no compartirla…
Como yo, por ejemplo. Que además hoy estuve en un casamiento, y me tuve que morfar que el juez que casó a los novios se mandara un discurso político. Habló de las papeleras, de Dios y la justicia, del matrimonio homosexual y comparó al casamiento con el Mundial de fulbo. Dice el PEDAI:
Todo facho y todo trosko argentinos tienen el derecho irrevocable de hacer política. Si por esas casualidades de la vida, el natalia aspirante a político es juez, que renuncie a sus foros y salga a la yeca a juntar votos.
Obvio que a los novios les dije que todo divino, y además el morfi estuvo realmente espectacular y estoy en deuda con la madre de la novia. Pero me tenía que descargar, porque mientras escuchaba a ese señor pensaba en las sabias palabras de la Corte:
la misión más delicada de la justicia es la de saber mantenerse dentro de la órbita de su jurisdicción, sin menoscabar las funciones que incumben a los demás poderes.
Y mis humildes palabras:
Olelé, olalá
Si esto no es restraint
El restraint ¿dónde está?
miércoles, 16 de junio de 2010
Guerra de Divas
Leí este artículo sobre la guerra de egos entre vedetongas que domina el reciente frenesís por integrarse en Sudamérica. Léanlo con tranquilidad, y después les hago un par de preguntas para probar la memoria, je je je.
¿Listo?
Bueno, hablando de divas de la polex, ¿cuántas veces se menciona a la Argentina en el artículo?
(a) Ninguna, estamos tan aislados del mundo que ni nos cuentan más
(b) Varias veces, bajo el liderazgo de la compañera Cristina nos escuchan las naciones del mundo
(c) Dos. Una menciona a un estudioso criticando la falta de foco del Mercosur, y otra menciona el rol de Argentina en el G-20 y Doha junto a Brasil y México
(d) No sé, soy bipolar y derechoso
(e) No me importa la política exterior
Para los que contestaron c: ¿a qué se debe que, en un artículo criticando la sobreactuación en política exterior en Sudamérica, no se mencionen las propuestas argentinas en la materia?
(a) Porque Néstor hizo bien en no ir a Cusco, y el soroche fue una excelente excusa
(b) Porque no tenemos polex
(c) Porque somos el felpudo de Chávez
(d) Hay que dejarse de hinchar las pelotas y fortalecer el Mercosur
(e) No sé, soy bipolar y no me importa la política exterior
¿Cuál de todas las siguientes iniciativas cree que es más beneficiosa para el desarrollo de los pueblos de la región?
(a) Unasur
(b) Casa
(c) ALBA
(d) Premio Nobel de la Paz para Lula
(e) Organización de los Estados Latinoamericanos
(f) Olimpiadas Rio 2016
(g) Petrogas
(h) La Convención de Batmans del Mercosur
(i) Todas las anteriores, y muchas más que se les puedan ocurrir al dúo Lula-Chávez
(j) Echar a Uruguay, Paraguay y Venezuela del Mercosur
martes, 15 de junio de 2010
Reina la Concordia
El 25 de mayo, a las 23:30, la PNA, como todos los argentinos, pidió sus deseos para el Bicentenario. En su caso, y en público, dijo algo así como: "En este Bicentenario, me gustaría poder elegir nuestros adversarios para las elecciones del 2011. Y quiero que el candidato del pan-radicalismo sea Ricardo Alfonsín."
Al día siguiente, el pan-radicalismo se unió bajo las palabras de la PNA, y ungió a Alfonsín como su candidato. Conmovidos hasta las lágrimas por las palabras de Cristina, medios opositores como Clarín o La Nación titularon en sus tapas: "Brillante Idea K: Alfonsín será Candidato".
Digo... no es un poco insólito?
lunes, 14 de junio de 2010
Polex como transversalidad
La primera frase de mi primer post fue “la política exterior es una transversalidad”. Mi intención era ampliar sobre eso, pero después me colgué divagando sobre otros temas.
Esa afirmación se basa en que la multidisciplinariedad es una característica fundacional de las relaciones internacionales. De cierta forma, la polex surge como un complemento de la política de defensa, y con la evolución de las relaciones entre grupos humanos pasa a incluir intercambios comerciales, culturales, demográficos. Pero es difícil encontrar un ámbito en las RR.II. que sea competencia exclusiva del órgano de formulación y ejecución de la PEA, el PSM.
En la Universidad, el énfasis de mis profesores siempre estuvo en las RR.II. como un campo aparte e independiente de otros campos del saber. Aunque más de mitad de mi carrera la pasé en otras facultades, estudiando economía, derecho, historia, filosofía, idiomas, incorporé esa defensa de la autonomía de mi carrera. Mismo porqué poner en duda esa afirmación implica, de cierta forma, aceptar el hecho que uno pasó 4 años estudiando al pedo. Después empecé a laburar con otros temas, cosas más de adultos, y la verdad es que en los eternos 2 años del ISEN uno no se cuestiona esas cosas. Porque uno sólo quiere que se termine.
Pero cuando entré a la Dirección de Mercosur la realidad me golpeó la cara. Porque el Mercosur tiene una estructura institucional respetable, y la Cancillería cumple un rol clave coordinando tanto el GMC como el Consejo. Pero a nivel técnico, Subgrupos, Comités y Reuniones Especializadas, las coordinaciones quedan en manos de otros organismos del Estado, con pocas excepciones (como Asuntos Institucionales, Cooperación y obviamente Relaciones Externas). Y nuestra función es de acompañamiento y coordinación entre distintas áreas.
De cierta forma eso es la polex: somos un canal de comunicación entre el adentro y el afuera. No tenemos un área temática específica de qué tratar, como otros Ministerios, pero nos abocamos a lo que desde adentro quiere salir, o desde afuera quiere entrar. Y eso se refleja en nuestras relaciones con el ciudadano de dos maneras distintas.
Por un lado, es raro que algo que hacemos adentro del Ministerio tenga impacto directo en la vida de lagente. Cuando negociamos con el afuera, normalmente es otro el que termina dictando la norma que internaliza el resultado de la negociación. Cuando los diarios afirman que “los Cancilleres decidieron”, es porque no se decidió nada. Cuando se decide algo en serio, los diarios leen “Los Presidentes decidieron”.
Por otro lado, la forma en que el Ministerio se relaciona con el Soberano tampoco cubre un área temático específico, sino que se produce sólo en el momento en que un ciudadano argentino se vincula con el afuera. Otros organismos del Estado tienen sus trámites específicos que rigen ciertos aspectos de nuestras vidas: nuestra identidad, nuestra educación, nuestra jubilación o una compra y venta de inmuebles. Nosotros legalizamos trámites ajenos o actuamos por delegación. Cuando atendemos a un cidar en problemas afuera, tenemos que ser capaces de brindar un apoyo que, en el adentro, podría requerir la intervención de varios organismos. Y muchas veces tenemos que interactuar con esos organismos para que sean ellos los que finalmente le den una respuesta al compatriota.
Fruto quizá de esa transversalidad, somos funcionarios de carrera de un Ministerio con muy poco músculo. Además de cumplir nuestras funciones, deberíamos poder otorgarle sentido, sumarle contenido y agregarle valor a la polex.
domingo, 13 de junio de 2010
El discreto encanto de la autarquía (II)
Prometí revelar mi lado romántico, y aquí va. No se asusten…
Cuando pienso en autarquía, no pienso en el peinado de Kim Jong Il o en las cosas tremendas que ocurrieron en Kosovo. Me van a acusar de tendencioso, pero para mí autarquía en serio, lo que se dice una autarquía posta posta, fueron los 220 años de sakoku. Entrada y salida del país penadas de muerte. Comercio autorizado en 4 puertos con 5 naciones, severas restricciones a la exportación de recursos naturales. Férreo control estatal sobre la traducción y publicación de material del afuera.
El racional del sakoku no tuvo mucho que ver con el bienestar de la población u otras boludeces de las que se ocupan los economistas, sino que se explica principalmente por razones políticas: la inestabilidad del incipiente shogunato (el primer shogun Tokugawa, Ieyasu, asume en 1603, y su nieto y tercer shogun, Iemitsu, establece las restricciones marítimas a partir de 1633). Iemitsu se preocupaba por un lado por lo que percibía como influencia desestabilizadora del cristianismo en el sur del país, y por otro lado tras la unificación del país bajo los Tokugawa, se sentía fortalecido y pretendió liberarse del sistema de jerarquías vigente en el Este de Asia, por el cual Japón era nación tributaria de China.
En Keio, tomé un curso de Historia Económica Japonesa, dentro de mis créditos libres. Y si hay algo que me quedó claro de ese curso es que si no hubieran sido las políticas económicas y sociales del bakufu, Japón hoy sería Filipinas.
La Pax Tokugawa consistió en una reunificación de Japón que dura hasta nuestros días. En Occidente, se lo conoce como el período feudal japonés por la descentralización del poder en los daimyos (señores feudales), y las relaciones tributarias. Pero el gobierno del shogunato, el bakufu, era más que eso, porque Japón ya era un Estado Nacional como podrían ser España o Inglaterra en esa misma época (no así Alemania) y el Shogun (Generalísimo) cumplía las funciones de monarca absoluto. Aunque el shogunato era hereditario, Japón mantenía un Emperador y su corte en la ciudad de Kyoto, sin ningún tipo de poder real excepto el rol Constitucional y simbólico de nombrar al shogun.
Después del baño de sangre de los primeros 50 años, el bakufu pasó a ser, por 200 años, un ejemplo de estabilidad política y paz interna. El bakufu es una mezcla de feudalismo y absolutismo, un sistema a dos niveles. La administración de los asuntos del Estado (tributación, obras públicas, seguridad interior) queda a cargo de cada daimyo en su territorio (han). En Edo, actual Tokio, sede del shogunato, estaba solamente la administración del principal daimyo, el del shogun, quien mantenía una burocracia paralela para las cuestiones de Estado. Cada daimyo estaba obligado a mantener un “Consulado” en Edo, en los terrenos del Castillo Tokugawa, donde la familia del daimyo residía, “huéspedes” del shogun. Ante la menor señal de rebeldía, o desconfianza en la recaudación de tributos, los “huéspedes” eran sumariamente pasados por el cuchillo, y se repartía nuevamente el territorio.
Fueron siglos de mucha inversión y desarrollo económico para las islas. Los japoneses son un pueblo fanático de contar y registrar todo, y sus estadísticas son muy completas y bastante confiables. Como las nuestras (chiste, je je je). En mis clases de historia económica japonesa me asombró ver el detalle de los datos sobre incremento en la producción de arroz, superficie de cultivo, productividad de la tierra, transporte de mercancías. Las inversiones en infraestructura (canalización de ríos, rutas, pasos en montañas) permitieron que los Tokugawa manejaran un país integrado en un sentido que muchas naciones sólo lograron en el siglo XX.
En las películas, uno ve al samurai guerrero, pero ese retrato se limita a un período histórico determinado y corto en el tiempo: 1600-1650. A partir de entonces, y hasta la disolución de la casta de los samurai en la Restauración Meiji, los samurai fueron esencialmente funcionarios públicos. Como nosotros. Contadores, jueces, ingenieros, agrónomos y diplomáticos. Bah, semi-diplomáticos. Recuerden que estamos hablando de una autarquía, entonces las “relaciones exteriores” se llevaban a cabo entre daimyos – aunque estaban prohibidos de formar alianzas o de mover tropas fuera de su propia frontera. En una administración altamente burocratizada y codificada, basada en los precedentes y la realización de tareas de rutina, uno ya encuentra en 1700 una modernización y profesionalización de la administración pública que muy pocos países podían exhibir en la época (creo que ninguno fuera de Europa).
El sistema educacional es un buen ejemplo: entre 1600 y 1800 se establecieron en todo el país aproximadamente 11,000 “escuelas de templo”, para enseñar a niños y niñas de las castas inferiores lectura y aritmética básicas, modales, civismo. Además, estaban las academias privadas, y las hanko, mezcla de Academia Militar y Universidad daimyo, donde estudiaban los samurai. Pero uno de los aspectos más destacables de la administración del bakufu, en mi opinión, es la seguridad alimentaria. No son islas tranquilas. Terremotos, volcanes, tsunamis, tifones, bombas nucleares, godzilla. You name it. El bakufu registra 154 situaciones de crisis alimentarias, de las cuales ninguna alcanzó proporciones nacionales, y ninguna representó más 100.000 muertes en una población de 30 millones aprox. La situación comparable en la Europa continental o Asia contemporáneas es mucho más lamentable, con hambrunas que diezmaban periódicamente a millones en Francia, Italia, Irlanda, Finlandia, Rusia, etc.
A esta altura, algunos se preguntarán qué tiene de romántica esa combinación de truculencia y eficiencia administrativa que describí hasta ahora. Pero bueno, el bakufu es mucho más que un sistema político: es el fin de más de 100 años de guerra. El bakufu es también un daimyo como Date Masamune, que fundó la ciudad de Sendai y a principios del XVII construyó un barco, lo bautizó “San Juan Bautista” y envió una Embajada de 180 personas a establecer relaciones con el Vaticano. Dicen que una de sus máscaras de guerra inspiró a Lucas en la creación de Darth Vader. El bakufu es Toshinaga Maeda, el daimyo que renunció a tener un ejército (como Costa Rica) y se dedicó a patinar su guita invirtiendo en las artes e importando artesanos de todas partes de Japón, construyendo jardines, palacios y transformando a su ciudad, Kanazawa, en un centro comercial de artículos de lujo en su época. No por nada ahí se ubica uno de los museos más increíbles del mundo, el Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI, con la pileta de Leandro Erlich en el centro, y pegado al Jardín de los Seis Atributos, Kenroku-en, uno de los Tres Grandes Jardines Japoneses.
Lo que uno imagina cuando piensa en el Japón tradicional, de geishas y samurai, el refinamiento culinario, la ceremonia del té en una cabaña de madera en un jardín en otoño, el kabuki, es el bakufu. Tokio misma es otra gran creación de Ieyasu Tokugawa, su hijo Hidetada y su nieto Iemitsu. El bakufu es la historia de Edo, un pueblito de pescadores perdido en la Gran Pradera de Kanto, que en cien años pasa a ser la ciudad más poblada del mundo. El bakufu todavía vive en el Japón contemporáneo, en las calles comerciales de los barrios, las ciudades y los pueblos, en las técnicas tradicionales y los artesanos trabajando descalzos sobre el tatami. En las callecitas que contornean los arroyos, y los cerezos que durante una semana en el año, con su corta floración, recuerdan al japonés contemporáneo de la impermanencia y la transitoriedad de las cosas.
El bakufu es economía de formas, es la austeridad del diseño japonés. Es la creación de una economía de mercado a la japonesa, y una explosión de las manifestaciones culturales que podría parecer paradojal, debido al estricto control sobre la importación de bienes culturales. Obviamente que Japón en 1600 ya tenía una cultura milenaria y ricas tradiciones para reinventar, incluso muchas manifestaciones culturales, religiosas importadas del continente. El bakufu es bushi-do, el camino del guerrero, y miles de adaptaciones del confucionismo que persisten hoy en la mentalidad de los japoneses. Que todavía llevan el bakufu adentro, y uno a veces logra hasta verlo por debajo de todas las capas de posmodernidad.
Varios colegas de Embajadas latinoamericanas tenían una extraña teoría, que repetían por lo bajo en reuniones sociales: que los japoneses no serían humanos. Se cuidaban mucho de no repetirlo en voz alta, para no herir susceptibilidades. Pero no creo que los japoneses se ofendieran mucho. Porque en algún lugar muy muy adentro, ellos mismos pueden estar de acuerdo, conscientes que Amaterasu, la Diosa del Sol, concibió y dio a luz al primer Emperador, y que ellos mismos son hijos del sol, transplantados a su tierra prometida, las islas del sol naciente. Y que desde arriba, en las sagradas montañas de Nikko, Ieyasu todavía los observa, mitad orgulloso mitad confundido con el resultado de su creación.
viernes, 11 de junio de 2010
El discreto encanto de la autarquía (I)
En su comentario de ayer, Rober describió:
No entiendo en qué situación minimizar los lazos con los de afuera puede maximizar el bienestar de los de adentro. No me convence el ejemplo de que un país se aisle para no pagar deudas (justas o injustas). Obviamente, tampoco va a salir a pechar si no tiene un mango en el bolsillo, pero las relaciones internacionales sirven, aunque nadie lo crea, para lograr distintos objetivos nacionales. Habrá que cambiar el perfil, redireccionar los cañones, bajar la cabeza, pero ignorar el mundo no me parece recomendable.
Efectivamente las relaciones internacionales sirven para lograr distintos objetivos nacionales. Y en cualquier momento histórico un país, en el cumplimiento de su interés nacional, elige dentro de todas las relaciones internacionales posibles aquellas que considera que mejor le van a permitir lograr esos objetivos. La política exterior también es asignación de recursos, no por nada nuestra operación en Brasil nos cuesta millones de dólares por año, y a Burundi la mandamos a nuestra Sigourney Weaver, la admirable Embajadora Pataro, cada no sé cuantos años.
Esos recursos son parte de una bolsa global de recursos que un consenso político interno asigna según sus prioridades en ese momento. El mismo nivel global de relaciones con el afuera (en oposición a recursos destinados exclusivamente al adentro) es consecuencia de ese consenso interno. Aunque muchos países tienen una veta aislacionista importante (EE.UU. siendo un caso típico e interesante), en los últimos 100 años hemos visto unos pocos casos de aislacionismo extremo, o políticas de autarquía. Los casos que conozco son pocos: Bhutan, Norcorea y su interés nacional definido en términos de auto-suficiencia, los talibanes, Albania, no sé si el caso de España de Franco califica. Bah, ningún caso cool que uno pueda usar para justificar un argumento (aunque cuando yo era adolescente tenía unos amigos del PCdoB, el partido que quería instalar un sistema comunista del tipo albano en Brasil, una excelente idea, je je je).
Es muy difícil encontrar en la literatura económica material sobre las ventajas económicas de la autarquía. Pero sí hay mucho sobre los beneficios del comercio (que son, por definición, iguales a los costos de la autarquía). Por ejemplo, está Lectures on International Trade, de Bhagwati (el anti-Stiglitz), Panagariya y Srinivasan, que dedica su capítulo 18 a Gains from Trade. La proposición básica es que “some trade is better than no trade”. En términos de utilidad (un buen Proxy para el bienestar), eso implica que “one can make one consumer better off and none of the others worse off”.
Pero, y siempre hay peros, en la pág. 267 Bhaghwati te hace un par de advertencias técnicas sobre situaciones en las que el comercio puede teóricamente generar un resultado no Pareto-eficiente, y suenan las alarmas en un escándalo de proporciones éticas e inéditas cuando la Biblia del Libre Comercio te advierte que hay que usar el principio de la compensación: el teorema te indica que cuando la redistribución (de las ganancias del comercio) no es posible o no se hace, una situación de autarquía puede ser preferible a una situación de algún comercio. Y te da un ejemplo teórico de dos ciudadanos, “el pobre y el príncipe”, en la cual el político puede preferir una situación de autarquía.
Yendo al teorema básico con precios, el mismo se resume en: “free trade is better than no trade”. Pero en la página 270, te repite el temita de la redistribución:
Given an allocation achieved under autarky, one can find a system of world trade prices and domestic lump-sum transfers for which there will exist a competitive equilibrium allocation that will be at least as satisfactory as autarky for every consumer.
Yo ya estoy quemado de leerme todo el capítulo 18 de nuevo (blog también es cultura), así que le pido a algún economista que lo explique. Pero bueno, tampoco es tan importante, porque en el fondo esto sólo está realmente probado para economías pequeñas y competitivas. Si sos grande, bajo determinadas condiciones de términos de intercambio podés encontrar una situación de autarquía superior al libre comercio. O sea, teóricamente sí es posible encontrar situaciones en las cuales minimizar los lazos con el afuera (por lo menos los lazos comerciales) puede maximizar el bienestar de los de adentro.
Pero bueno, todo esto es muy teórico y no estamos necesariamente hablando de situaciones reales. A mi se me ocurren montones de ejemplos en los que minimizar los lazos con el afuera (sin tener que cortarlos) puede ser beneficioso para los de adentro, aunque sea por un tiempo limitado. Pero prefiero escuchar situaciones que se les ocurran a los demás.
Hay una frase de Rober con la que estoy casi totalmente de acuerdo, pero se la reformulo un poco: habrá que cambiar un poco el perfil, redireccionar un poco los cañones, bajar un poco la cabeza, pero ignorar el mundo no me parece recomendable. Hay que empezar a pensar en la política exterior cuando terminemos de pagar las cuotas para reingresar definitivamente al mundo.
Y al final me fui al carajo con esas boludeces tan teóricas, como si fuéramos intelectuales. Porque este post era para hablar de cosas importantes, cosas románticas. Pero es tarde, y el romanticismo queda para la próxima.
jueves, 10 de junio de 2010
En el fondo, la forma no importa (II)
En el post anterior planteé mi crítica a cierta visión demasiado formalista de la política exterior desde el punto de vista de su irrelevancia para el interés nacional, usando para ello una charla entre dos colegas sobre un plantazo de Kirchner a una reina europea. Ahora quiero plantear el tema desde un punto de vista tan caro a los diplomáticos: el protocolo. ¿Fue tan grave la transgresión de Néstor? Según el siempre imparcial diario La Nación (je je je, chiste), los presentes afirmaron que fue un desplante “inédito”, “de proporciones éticas” (sic), “un escándalo”, un “cierre amargo”. Según el mismo diario, “no alcanzó” la presencia de la esposa del jefe de Estado, que como castigo adicional tampoco fue incluida entre las más elegantes de la velada por dicho diario. La pieza de opinión completa, aquí.
Creo que hablar de un desplante de proporciones éticas es, además de incomprensible, un touch exagerado. Parece que el día anterior, según Clarín en esta nota (parece siglos atrás, pero Clarín tenía buena onda con Néstor), estuvieron una hora juntos en la Rosada, Néstor, Cristina, Beatriz, Máxima y Guillermo. No dice nada de los pibes, quizás Cristina le pidió a Florencia que les “echara un ojo” mientras los adultos hablaban temas de grandes. Dicen que fue cálido, que se siguió el protocolo, se intercambiaron regalos.
Esa misma noche, el Presidente les ofreció un banquete de honor en el Palacio San Martín, donde agradeció el empeño de Holanda en la denuncia de violaciones a los derechos humanos en la Argentina durante la dictadura, y llegó a pronosticar una final Argentina-Holanda en la Copa de Alemania 2006 (por las dudas, que se dedique a la política y no pronostique nada para esta Copa que se viene). De esto, y de que Beatriz quedó asombrada con el arte Latinoamericano, me enteré en el portal www.mujer.com.
Entonces bueno, ya se habían visto mucho, y la verdad es que el ex se la bancó bastante bien, yo ya estaría con los huevos por el piso. Tampoco sé si Beatriz lo quería tener hasta en la sopa, “buen día, Néstor”, “buen día, Reina”. Además, pobre mujer, venía de pasar la tarde en Tres Arroyos saludando a holandesitos, y tenía a 600 holandeses más que saludar en el Colón. Bien en el fondo, me imagino a Cristina llegando y hablándole en el oído, “Néstor pide disculpas pero está con una colitis tremenda y no pudo venir”, y la reina poniendo cara de circunstancia y contestando “ay, querida, no sabés como te entiendo, a mi Claus, QEPD, le pasaba lo mismo”. Y todo terminando en un guiño cómplice entre la Reina y la futura Presidenta.
Porque además ese no es un detalle menor. Cristina no era una simple primera dama, sino que era la Senadora que venía de ganar la PBA con 40,66%, vista como principal socia política de su marido y participante de la llamada “mesa chica de Olivos” por todos los medios, y ya mencionada como posible candidata presidencial en el 2007.
Y creo que acá es donde se ubica el meollo de la cuestión. Yo nunca entendí muy bien eso del Ceremonial y Protocolo, y una vez alguien (no me acuerdo quien) me explicó que el Protocolo no son simplemente reglas boludas, sino que el Protocolo es una herramienta que te tiene que permitir que cuando la gente se sienta en una mesa, ya de entrada estén todos de acuerdo con el lugar que le toca y no se pongan a discutir sobre la silla de cada uno. Y me pareció lógico. O como dice Holden en su comentario de ayer: son herramientas en aras a. La analogía en este caso es que el protocolo debería haber sido la herramienta para que el faltazo del PNA no fuera el titular de la nota. No quiero con esto librar de toda culpa a Néstor, al fin y al cabo tampoco le hubiera costado nada pegarle un tubazo a la reina para excusarse. Pero eso… ¿no es pedirle a un político que haga nuestro laburo?
Otra frase que me quedó en la cabeza del post de Mallea citado ayer es “las minuciosas -pero imprescindibles- directivas del protocolo”. Esto se relaciona con la idea del relato de mis colegas en el post anterior, de que en esos países el protocolo se toma en serio. Y quiero relatar dos historias reales que me ocurrieron destinado en Japón (país Imperial y protocolar por excelencia, donde existe un idioma especial reservado para dirigirse al Emperador).
El primer cuento ocurrió en una visita de Giavarini (el Canciller que sólo almorzaba yogur). Durante el día principal de la visita, Giavarini tenía una audiencia con la Canciller, Makiko Tanaka. Uno de los temas centrales de la reunión era la tradicional demanda japonesa por conocer el paradero de los 17 desaparecidos japoneses o descendientes que faltan identificar. Nuestra respuesta, obviamente, era “los seguimos buscando”. Habíamos arreglado protocolarmente que la demanda se haría a puertas cerradas. Entramos al despacho de Tanaka, unos 60 periodistas y cámaras, flashes, se firman los acuerdos, sonrisas, Makiko asume la postura de inquisidora, le clava en japonés al Canciller:
- Ya han pasado más de 20 años, exigimos conocer el paradero de los 17 japoneses desaparecidos durante la dictadura militar en su país.
Más flashes. Le indica a su gente de prensa que puede sacar a los periodistas, asume la sonrisa más cordial del mundo e invita a un atónito Giavarini a sentarse y explayarse sobre el tema. La guacha nos había usado para hacer política interna. A la salida de la reunión, otra bomba: la audiencia de la noche en la Residencia de la Canciller se mantenía (había un acto de Kabuki por un actor muy famoso), pero la cena cambiaba. En vez de cenar en la Residencia como arreglado, Giavarini se tendría que trasladar a un Hotel para cenar con un Vice-Canciller. Sin Tanaka. Giavarini furibundo, pero en el fondo uno sabe que shit happens. Y la única razón por la que me acuerdo tan bien de esas boludeces es porque la visita no tuvo resultados concretos en los temas principales (financiamiento, trabas sanitarias).
El segundo cuento ocurrió también en Gaimusho (la Cancillería Japonesa). Día lunes, me voy a reunir con los cumpas de la Dirección de Sudamérica. Llego, y el bueno de Shinichi me dice “negro, te tengo que dejar plantado, no sabés el bolonqui que se nos armó”. Resulta que tenían en la sala de al lado al Canciller de Honduras o El Salvador (u otro de por ahí), y 10 minutos antes el Canciller japonés había decidido que tenía cosas más importantes que hacer y había pedido que lo recibiera un Vice-Canciller (en Japón todos los Ministerios tienen muchos Vice). Pero no había ningún Vice disponible, entonces estaban tratando de traer a uno del Parlamento para darle media horita a este señor centroamericano que venía a pedir más cooperación. Y nuestra reunión no se hizo. Shit happens.
Va de suyo que no estoy defendiendo la falta de educación. Y leí críticas en la prensa japonesa a los modales de la Canciller Tanaka en particular, pero nunca presentado como análisis de política exterior. Porque en teoría el Protocolo está para limar esas asperezas derivadas del hecho de que somos humanos en el fondo y en la forma.
Yo no sé muy bien como se juega ajedrez en Holanda. Por lo que leí en Wikipedia, la pieza que llamamos “Reina” ocupa las funciones del “Rey” en el ajedrez tradicional, y parece que a la pieza “Rey” (que ya no está más en el juego) le decían “Príncipe”. No tuve nada que ver con la organización de esta visita, pero por lo que leí en los diarios la diplomacia holandesa se encargó bien de enseñarnos su protocolo real, los saludos, las formas, como se mueve cada pieza en su ajedrez. Y nosotros seguimos sus reglas, lo que está muy bien. Pero me queda la impresión que nosotros no terminamos de explicarles bien nuestro protocolo. Porque en nuestro protocolo, las piezas que normalmente se llaman “Reina” y “Rey” cumplen las mismas funciones, tienen los mismos movimientos (aunque muchos dirán que la Reina se mueve mejor que el Rey, especialmente en la murga), y un jaque mate a cualquiera de los dos termina el juego.
Quizás un extranjero no entienda esas reglas e idiosincrasias. Muchos argentinos mismos no las entienden. Una de las funciones de nuestro protocolo es justamente la de explicar y traducir. Si a alguno las imágenes religiosas les vienen naturalmente, piensen en la Santísima Trinidad. Bueno, esto es lo mismo, pero en política, y en lugar de tres son dos. Si está uno, el otro está presente en sustancia, aunque no necesariamente en materia. ¿Se entiende? Entonces no era tan difícil explicarle a la reina y a la prensa holandesa que si bien el PNA no podría acompañar tan grata velada por estar muy ocupado con el interés nacional, mucho no importa porque la institución está presente a través de la otra parte del Uno indivisible. Y no hay realmente motivos para sentirse despreciado o sacar a relucir cuestiones éticas. Relax, babe.